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DICHOS

Cuando alguien tosía, entre los mozos y mozas era habitual decirle:

“Dios te case"

A lo que el aludido respondía:

"Y de ti se acuerde”

 

Antaño las rivalidades entre pueblos vecinos eran fuente de inspiracion para diversos dichos y chascarrillos:

 

 Los de Santervás provocaban a los villapuneses aludiendo al peculiar nombre de uno de sus pagos:

“Villapún del Guarrate, que esquilan a los burros hasta el remate”

Pero los de Villapún no se quedaban cortos al responder a los del pueblo de abajo:

“Santervás de las torres picudas, el cura medio loco y la gente bruja”

 

Hubo en Villapún un personaje singular del que se sacaron algunos dichos que aún hoy se recuerdan:

“En la panera de Santiago juegan al fútbol los ratones: unos dicen “falta” y otros dicen “trigo”

 

“Te vas a quedar como la vaca de Santiago, que se acostumbró a no comer y se murió”

 

El siguiente dicho se refiere a las sopas de vino con mendrugos de pan que se comían habitualmente, con predecibles consecuencias sobre el estado anímico de las gentes:

“Sopa en vino no emborracha,
pero alegra a la muchacha.

Yo vino no he bebido
¿a mi quién me rampuja?”

“Rampujar” tiene el sentido de empujar.

 

Otro hace referencia a los tres primeros días del mes de Febrero, Santa Brígida, las Candelas y San Blas, respectivamente:

“Santa Brígida el primero,
el segundo Candelero,

el tercero San Blas,
la cigüeña verás

y si no la vieres
año de muchas nieves”

 

El siguiente es una variante de un refrán muy conocido:                                                                            

“En abril
aguas mil
y todas en un barril”

 

Algunos tienen motivos religiosos:

“Tocan a misa, a misa de nuestra Señora,
Dios nos de parte en las palabras de Gloria,

Dios nos de parte en las palabras de Credo
Y después nos de parte también en el Cielo”

 

Y este se cantaba cuando los niños entraban a la iglesia a la catequesis:

“Vamos niños al Sagrario,
que Jesús llorando está,
pero en viendo tanto niño
muy contento se pondrá.

No llores Jesús, no llores,
Que nos vas a hacer llorar,
que los niños de este pueblo
te queremos consolar”

 

ROMANCES

Son historias populares en verso que se han transmitido de generación en generación por medio de la tradición oral, difundiéndose por prácticamente todas las regiones de la Península y con ligeras variantes adaptadas a las singularidades de cada zona. Hemos recogido algunos de las que contaban a nuestros abuelos sus abuelos.

 

  • LA PASTORCITA:  No hemos podido recuperarle completo, faltando algunos fragmentos:

“Allá arriba, muy arriba, había una pastorcita,
con los aires y calores la pastora se dormía
..........................................................................
(se le aparece la Virgen)

¿qué hace aquí la mi devota,
que hace la devota mía?

Estoy rezando el Rosario,
que rezo tres cada día:

uno rezo por la tarde,
otro rezo a mediodía

y otro rezo al acostarme
mientras la gente dormía
........................................................................”

 

  • LA HIJA DEL REY:

"Mañanita de San Juan
cuando el sol se clareaba,
cuando la Virgen María, ay ,
bajó por la flor del agua, ay Dios.

Se lavó sus pies y manos
y su cara blanquecina,
se lavó sus pies y manos, ay sí,
y echó bendición al agua, ay Dios.

La hija del rey que la vio
del palacio donde estaba,
más deprisa se vestía
más deprisa se calzaba, ay Dios.

¿Dónde va la hija del rey
tan sola y tan de mañana?.
Como soy hija del rey
vengo por la flor del agua.

Para ser hija del rey
vienes poco acompañada
que falta hace compañía, ay sí,
si así siempre la encontrara, ay Dios.

Como la has hallado buena
la hubieras hallado mala.
Ahora dirá la Señora, ay sí,
si tengo de ser casada, ay Dios.

Casadita tú serás,
casadita y bien casada.
Tres hijos has de tener, ay sí,
que han de servir en batallas, ay Dios:

El uno rey de Galicia,
y el otro rey de Granada
y el más pequeño de todos, ay sí,
para gobernar España y ay Dios.

También tendrás otra hija
para monja de Santa Clara.
Y al tener aquella hija, ay sí
se te ha de arrancar el alma, ay Dios.

Se te ha de arrancar el alma
y has de subir a los cielos
y has de subir a los cielos, ay sí,
en silla de oro sentada y ay Dios”

 

  • DON BOISO: No hemos podido recuperar la versión íntegra que se recitaba en Villapún, pero es un romance que cuenta con diversas versiones:

“Camina Don Boiso mañanita fría
a buscar amores a la morería

No lo encuentra en (....)
ni tampoco en Villa,

la encuentra lavando
en una fuente fría.

Quítate de ahí mora, hija de judía
que beba mi caballo de esta fuente fría.

Que yo no soy mora,
soy cristianita bautizada en pila
(......................................................)

 

  • LA HIJA DEL MARQUÉS DE LA VALDAVIA: Se trata también de un romance muy extendido y con numerosas variantes, algunas bastante más pícaras que la que presentamos:

“El marqués de la Valdavia,
el marqués de la Valdavia
tenía una hija muy guapa,
tenía una hija muy guapa,

que la quería meter monja,
que la quería meter monja
y ella quería ser casada
y ella quería ser casada.

Y la metió en un convento,
y la metió en un convento
y allí la tiene encerrada,
y allí la tiene encerrada.

Mañanita de San Juan,
mañanita de San Juan
se asomó a la ventana,
se asomó a la ventana

y vio tres segadores,
y vio tres segadores
y el del medio le guastaba,
y el del medio le guastaba.

Oiga usted, buen segador,
Oiga usted, buen segador:
¿quiere segar mi cebada?,
¿quiere segar mi cebada?.

Dígame usted, buena señora,
dígame usted, buena señora
dónde la tiene sembrada,
dónde la tiene sembrada.

No está en alto ni está en bajo,
no está en alto ni está en bajo,
ni tampoco en tierra llana,
ni tampoco en tierra llana,

que está en un valle oscuro,
que está en un valle oscuro
debajo de mis enaguas
debajo de mis enaguas”.

 

  • SANTA ELENA:

“Estaban tres niñas bordando corbatas,
estaban tres niñas bordando corbatas
con agujas de oro y dedales de plata
con agujas de oro y dedales de plata.

Pasó un caballero pidiendo posada.
Si mi madre quiere yo le daré cama.
Le pusieron la cama muy bien preparada
con sábanas de Holanda y todas bien bordadas.

A media noche él se levantó
y de las tres niñas a Elena escogió,
la montó a caballo y a galope la llevó   

y al llegar a la frontera así la preguntó:

dime como te llamas niña enamorada
dime como te llamas niña enamorada.
En mi casa Elena y aquí desgraciada,
en mi casa Elena y aquí desgraciada.

Sacó un puñal y se le clavó,
sacó un puñal y se le clavó.
Hizo una tumba y allí la enterró,
hizo una tumba y allí la enterró.

Se pasaban los años y Elena no estaba,
se pasaban los años y Elena no estaba.
Dime pastorcito que ovejas tu guardas,
dime pastorcito que ovejas tu guardas:

de quién es esa tumba que tanto adoráis,
de quién es esa tumba que tanto adoráis.
Es de Santa Elena, que tú la mataste,
es de Santa Elena, que tú la mataste”